La vida los cruzó sin querer,
ella es una dama con los cabellos ondulados,
color marrón, donde el viento le gustaba jugar con ellos.
Cosquilleándole las mejillas mientras
caminaba con su guitarra a cuesta
disfrutando la hermosa tarde de verano
distraída con los auriculares en sus oídos,
se tropieza con un muchacho de ojos misteriosos,
ella no sabia que esa belleza ocultaba su lado oscuro
que pronto lo descubriría.
Paso el tiempo, y la conexión fue creciendo poco a poco,
él tejía la telaraña.
Ella cayendo, pero lo que no sabia que el príncipe tenía
otra víctima pérdida en su encantamiento, jugando
con su ilusión.
Hasta que un día toda esta trampa salió a la luz,
las palabras fueron contra la doncella de ojos cafés como
flechas que les traspaso su corazón puro, destiñéndola
donde sus colores se pusieron gris.
Desmoronando su fe, donde los miedos la tenía atrapada en un laberinto a altas paredes de piedras
su compañía era la luna le dijo ¨deja de llorar y encuentra la salida, se fuerte ya encontraras la forma de pagarle el daño¨.
Corrió sin parar saltando los obstáculos, superándose de todas las tormentas.
Luego se volvieron a encontrar, cambiados interiormente
a la de la última vez.
Ella ya se habia hecho más fuerte que un roble pero no
lo podía negar, aún los rastros de sentimientos hacia el seguía.
Era mutuo, tanto que el alrededor se puso en STOP, sus labios
eran la pieza perfecta, sus corazones a mil latían tanto que
la tierra temblaba.
Eran volcanes a punto de erupcionar, cada roce con la piel
del otro, quemaba era el pecado y la adrenalina de
hundirse en el infierno de sus pasados y heridas,
no era amor, pero como les gustaba jugar bajo sus máscaras,
viendo quien dominaba a quien.
El sin saber, cayó en el mismo embrujo que con una diferencia,
ahora ella era la villana del cuento que reía más fuerte.
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